Quizá No Es el Mundo el que Va Rápido… ¡Quizá la que Va Rápido Sos Vos!

El Piloto Automático: La Rutina que Nos Devora

Quizá no sea el tiempo el que pasa volando, ni el mundo el que gira demasiado rápido. Quizá sos vos.

Sos vos la que arranca cada día como en piloto automático. La que abre los ojos y ya tiene la cabeza a mil: despiertas a tu hijo que no se quiere levantar, lo intentas una, dos, diez veces. Mientras tanto preparas el desayuno, acomodas la vianda que dejaste lista anoche, llenas la botella de agua, chequeas la mochila (porque claro, él se la olvida). Lo despedís con un beso —si se va en combi, con el papá o alguien más— y corres a vestirte para arrancar tu propio día.

Y el día se te va. Entre compras, la cena, el gimnasio o esa actividad que lograste hacer para vos. Entre turnos médicos, trabajo, mails, tareas escolares, pruebas, actos, y si tenés perro… ¡la comida del perro también!

Y llega la noche y estás exhausta. Cenas y lo único que querés es acostarte. Dormir. Y al otro día… otra vez. El loop.

La Confusión entre Ser y Hacer

Vivimos corriendo. Con mil cosas en la cabeza. Casi siempre con pendientes que no llegamos a resolver porque no tienen que ver con nadie más que con nosotras mismas. Y no encontramos tiempo ni para pensar, ni para organizarnos distinto, ni para hacernos una pregunta clave:

¿Esto me hace bien? ¿Esto tiene sentido para mí?

La rutina nos devora, la dinámica nos aplasta. El SER se confunde con el HACER y ya ni siquiera sabemos quiénes somos y que nos gusta más allá de lo que hacemos.

Rompiendo la «Matrix»: Cómo Ponerle Pausa y Reescribir el Guion

La “matrix” nos come… si la dejamos. Pero también está en nosotras hackearla. Romperla. Ponerle pausa. Reescribir el guion.

Yo rompo la matrix cuando camino más lento. Cuando me detengo en una esquina y dejo que el sol me abrace cinco minutos. Cuando escucho ese podcast que me recarga el alma. Cuando, al volver de la escuela, elijo tener una conversación profunda con mi hijo en vez de apurar el reloj. Cuando valoro mi momento en el gimnasio porque me recuerda que cuidar mi cuerpo también es amor propio.

Cuando voy a clases de teatro y juego. JUEGO. Conecto con mi niña interior y por dos horas me olvido del celular, del mundo, de la exigencia. Rompo la matrix cuando escribo mis objetivos, cuando me animo a soñar y a hacer cosas nuevas, aunque den miedo. Cuando escucho historias diferentes a la mía y me permito aprender. Cuando freno. Cuando elijo ir menos apurada. Cuando elijo, simplemente.

¿Y Vos? ¿Qué Hacés Para Desacelerar?

¿Y vos? ¿Qué haces para frenar? ¿Qué haces para que el tiempo no te coma, para no ir tan rápido, para vivir con más sentido?

Contámelo. Porque juntas, al compartirnos, también aprendemos a desacelerar.

¡Una de las formas de frenar es CAPACITARTE! ¡Te espero en mi Curso de coaching y liderazgo personal encendete más parea seguir conociéndote y trabajando en tu auto desarrollo!